
Y no será por falta de costumbre. Las cosas no dependen sólo de nosotros, la naturaleza manda (lo que puede, después de tantos destrozos y daños irreparables que nosotros hemos causado y seguimos causando).
Llueve y sin parar. Domingo invernal. Triste y oscuro, como son los clásicos domingos, que reconozco nunca me han gustado.
Vale, nadie lee esto más que yo, tampoco es que sea interesante lo que escribo, pero necesito escribir.
Hoy coches y motos, sesión de televisión y día anodino.
Mirándolo bien, es bueno que la vida sea imprevisible, porque no sé que haría si día tras día supiera queva a ocurrir mañana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario