
Largas noches con los ojos cerrados y la mente barruntando de todo... Quién pudiera dormir felizmente, enredarse entre las sábanas y quedarse plácidamente a merced de los buenos sueños y el fortalecedor "reposo del guerrero".
No es mi sino. Hiperactividad nocturna, que no viene sólo de ahora. Recuerdo bien que siempre era la última en dormirme. Siempre: cuando iba de camping con la pandilla, cuando dormía en casa de amig@s, cuando estaba en casa y compartía habitación con alguno de mis hermanos, siempre despierta. Incluso hay recuerdos de mi madre al borde de mi cama, esperando que yo me rindiera a los brazos de Morfeo. Y estos recuerdos últimos, siendo yo pequeña, no sé exactamente a qué se debían, pues bien sé, que pocas veces había tiempo para ello. Yo me entiendo.
Aquellas imágenes se asocian a esos recuerdos que quiero guardar fuera de mí.
No hay comentarios:
Publicar un comentario