Se puede llegar hasta el fondo, la sorpresa es que es un sitio como otro cualquiera, sin puertas ni ventanas, sin tierra frágil que excavar para hundirse definitivamente.
Estando aquí abajo, el peso se multiplica. Hundido soportas además la mala conciencia, la culpa y la impotencia. Te duele y haces daño. Hablas pero ni tú te entiendes. Pides ayuda y lo que sale de tu boca son palabras hirientes, te revelas e intentas ascender pero el peso sobre ti es demasiado grande, apenas puedes dar un paso, te mantienes inmóvil mientras tu cabeza no para de pensar. Pensar en negro.
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