
La jefa ha llegado. Increíblemente radiante, positiva, tranquila, feliz; sin haber olvidado ni el másmínimo detalle de la realidad que aquí existe. GRACIAS POR TENERLA.
Sí, hay que aprender a dar las gracias, a pesar de que no podamos estar ni ser como somos. Al menos, tener el valor de reconocer lo bueno que tenemos es de valientes.
Sé que no es acertado fijarse en alguien e intentar ser como él o ella, pero sí nos puede servir de ejemplo y de ayuda cuando estamos en ese momento de decidir por dónde vamos: hago lo "correcto", hago lo "incorrecto" o me quedo en el punto medio (meta casi siempre inalcanzable).
De todas formas hay que seguir adelante y mirar de frente al mundo.
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